miércoles, 21 de mayo de 2014

Nunca imaginé que... 2@ parte

Aquí estoy de nuevo, recopilando experiencias que nunca imaginé que formarían parte de mi vida. Pero el Peque me transformó. Él es mi luna llena, yo pasé de cachorro dormilón a madre-loba salvaje....
*Nunca imaginé que no tomaría café. Yo que lo bebía a cubos, por puro placer, y para intentar despertar por las mañanas, incluso no me hacía efecto tomar uno antes de dormir, pues mi cuerpo ya debía tener café en lugar de sangre. Pues deje de tomarlo en el embarazo, y ahora que le doy pecho, con lo inquieto que es el Peque que se salta las siestas mañaneras... cualquiera se bebe un café solo o una coca cola... jejeje!
* Nunca imaginé que cantaría nanas "moñas". No me sabía la letra de ninguna salvo la de "que viene el coco y te comerá". Me regalaron un cd con nanas y de ahí salió mi primer hit cursilón "A ro ro mi niño", es muy repetitiva y dulce y por eso me suele funcionar, aún desafinando.
* Nunca imaginé que sería experta en medir la temperatura de la bañera con las yemas de los dedos. Es tal mi don, que si yo tuviese un personaje en Heroes of Might and Magic, yo sería la elegida en la taberna, aún estando presente un mago de nivel 8.
* Nunca imaginé que daría el pecho más allá de los 6 meses. Siempre pensé que si tenía un hijo le ofrecería lactancia materna, pero no por mucho tiempo para recuperar mi independencia y mi vida anterior. Sin embargo, vamos para 9 meses de alimento y cariño "tetil", y lo que queda. Y no es que me haya convertido en una talibán del pecho, sino que he visto que es más saludable para el Peque hasta que pueda comer bien de todo, y he comprendido que esta es mi nueva y deseada forma de vida, y quiero disfrutarla tal cual.
* Nunca imaginé que pudiera acumularse tanto pelo en piernas y entrecejo. Cuando te conviertes en madre primeriza, miles de ocupaciones nuevas te quitan tiempo: poner pañales, jugar, recoger juguetes, dar paseos, frotar bodys requetecagaos, poner en remojo ropa manchada de papilla, hacer papillas etc. Así que vas sacando 5 minutitos de aquí y allá y acabas por convertirte en la madre-loba que os decía, o en un arbusto andante.
* Nunca imaginé que me enamoraría otra vez. Fue nacer el Peque, y ver ese culillo blanco sobre mi tripa me lleno de emoción... y para cuando lo giraron hacia mí y vi esos ojos tan grandes y abiertos mirándome, me quedé loca de amor. Menos mal que el Papá lo entiende... porque el Peque me tiene bajo su hechizo.
* Nunca imaginé que haría coreografías de canciones infantiles por la calle, restaurantes y en otros eventos sociales. Suele ser una descarada representación de un show privado, con temazos como "Tengo una vaca lechera", "Soy una taza", "Susanita tiene un ratón", o temas de los Cantajuegos. Por lo que sea al Peque le calma la música con bailecito, cuando el chupete y los muñecos no funcionan. Además, hago una ridícula pero importante labor social, porque nuestra función privada a veces se da en alguna cafetería o restaurante, y algún nene/a se lo ha pasado bomba, de paso.

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