jueves, 10 de abril de 2014

Gatear o caminar

El otro día fui a la pediatra con el Peque y en la sala de espera había una visitadora médica. Me pregunto cuanto tiempo tenía el nene y le dije que 7 meses. Ella dijo que también era madre y que su hijo tenia 7 meses y medio.
Luego me preguntó si ya caminaba el Peque, y le dije que le gustaba mucho que le sujetaran de pie, pensando que se refería a eso. Me dice: "¿Pero no da pasitos solo? ¿No camina? El mío sí". Me quedé loca, qué precoz! Y le dije, que el Peque aun no caminaba porque primero tenia que aprender a gatear,y de momento sólo se intentaba arrastrar con poco éxito. Aquella, toda orgullosa me dijo: "Es que el mío no gateó, sino que ando directamente".
Apaga y vámonos, ahí ya me lo dijo todo. Me dieron ganas de responderle: "No te preocupes mujer, que si le motivas aún puede aprender a gatear".
No entiendo cómo puede ser la gente tan competitiva a través de sus hijos, que no se trata de una carrera para ver quien alcanza antes los hitos del desarrollo, sino de disfrutar de como van aprendiendo cosas a su ritmo jugando y experimentando.
Lo que ya es el colmo, es que las ansias de algunos padres por ver como caminan sus hijos les haga olvidar que gatear es muy importante para su madurez física e intelectual. Por eso es bueno que si el bebé aprende antes a caminar se le de la oportunidad de gatear.
Una simple búsqueda en internet y se puede comprobar los numerosos beneficios que gatear aporta:
* Mejora su  orientación y equilibrio.
* Desarrolla el patrón cruzado (moviendo pierna izquierda y mano derecha y viceversa) y fortalece la espalda para cuando esté preparado para ponerse de pie.
* El contacto con el suelo hace que conozca mejor donde están las partes de su cuerpo.
* Le ayuda a medir el mundo, con la braza.
* Le ayuda a desarrollar lateralización del cerebro, que determinará si es diestro o zurdo.
* La coordinación ojo-mano le ayudará para la lectura y escritura.
* El contacto de sus palmas de la mano con el suelo, le ayuda a percatarse de que su pulgar es oponible al resto de dedos.
* Es bueno para mejorar el enfoque con los ojos.
Yo lo tengo clarísimo, aunque al Peque le guste estar todo recto apoyado en sus pies (con ayuda), se va a pasar más rato jugando tumbado boca abajo que de pie, para tener la oportunidad de gatear.
De momento se frustra y arrastra el cabezón contra el colchón o la alfombra de foam en el suelo, mientras pone el culo en pompa y mueve las piernas enérgicamente pero sin ningún resultado.
Así que como a veces se enfada,mamá tiene que estar ahí animando, dándole bracitos y cambiándole de juego y posición cuando se ofusca... Aunque muchas veces croquetea él, indignado, para estar panza arriba.

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